El grito silencioso de quien acompaña a otros

cuidando al cuidador

Te comparto el testimonio que me envió una colega terapeuta

 

🌿 Cuando el autocuidado se vuelve exigencia: el grito silencioso de quien acompaña a otros

Durante dos semanas me aislé del mundo.
Lo envolví todo en silencio… y me dije con firmeza: "No molestes. Tú puedes sola."

Creía que era un acto de autocuidado. Pero no lo era.
Era una forma de violencia disfrazada de fortaleza.

Mi mente insistía en que debía salir del dolor por mis propios medios, rápido, en silencio, con fuerza.
Pero esa supuesta “fuerza” me estaba drenando.

A veces, incluso quienes acompañamos procesos terapéuticos, caemos en un discurso que romantiza la autosuficiencia.
Como si el dolor debiera ser gestionado en solitario. Como si pedir ayuda fuera un retroceso.

Pero cuando intentamos “curarnos” desde la exigencia, el autocuidado se convierte en una especie de obligación emocional:
Debes mejorar.
Debes rendir.
Debes regresar a la normalidad.
Debes seguir produciendo…

Y lo que buscamos aliviar, crece.
Porque al evitar molestar a otros, terminamos hiriéndonos a nosotras mismas.
Porque para no preocupar, nos sobrecargamos.
Porque para no hablar, nos callamos… y nos alejamos.

¿Te ha pasado?
¿Te has encerrado alguna vez en ese cuarto mental, creyendo que la soledad iba a sanar lo que dolía?

Yo también.
A pesar de los años de experiencia. A pesar de todo lo aprendido y compartido.

Y fue allí, desde ese lugar roto, que me vi desde fuera:
superada, agotada… y empeorando.

Entonces, algo dentro de mí se rindió.
No desde la derrota, sino desde la verdad.

Y con humildad, pedí ayuda.
Llamé. Me dejé sostener. Me permití no poder sola.

Entendí que cuidarse no siempre es hacerlo todo por una misma.
A veces, el verdadero acto de responsabilidad es rendirse a la red, al vínculo, a la ternura.

Porque el cuidado no es un mandato de mejora continua.
Es pausa. Es compasión. Es humanidad compartida.

Y como profesionales que acompañamos a otros, también necesitamos preguntarnos:
¿estamos acompañando desde la empatía real o desde una exigencia disfrazada de superación?

Hoy sé que no hay heroísmo emocional posible sin red.
Y que sanar no siempre es avanzar… a veces, es simplemente detenerse y dejarse abrazar.

🌸
Si alguna parte de esta historia resonó contigo, tal vez sea el momento de empezar a mirarte con ternura.
Y de recordar que no tienes que hacerlo sola.
Estoy aquí.

Dr. Silvano Leonardo
También acompaño a quienes acompañan: Terapeutas, consteladores, coaches y maestros que confían en mí cuando también ellos necesitan sostén.

Escucha el podcast en el enlace de abajo

https://youtu.be/rznGXJQSbZE