El poder de las palabras Cuando estudiaba en la universidad conocí a una mujer muy guapa: un poco güereja, de cabello corto y ojos...
El poder de las palabras
Cuando estudiaba en la universidad conocí a una mujer muy
guapa: un poco güereja, de cabello corto y ojos soñadores que complementaba sus
encantos con una vocecita angelical.
El destino nos encontró frente a frente y yo,
simplemente, quedé mudo. Ella me preguntó:
-¿Eres doctor?
-¡No! —le respondí todavía con dificultad y agregué:
“¿Por qué me preguntas?”
- Es que traes una bata blanca.
-No, no soy doctor —contesté riendo nervioso.
El breve diálogo se me quedó en el corazón y con
frecuencia volvía a preguntarme: ¿Doctor, yo?
Bueno, tal vez no de hospital porque la sangre me aterra. ¿Estudiar medicina
cuando estaba terminando la carrera de Comunicación? No lo creo.
Sin embargo, la palabra “doctor” fue tan poderosa que se
acomodó perfectamente en mi historia.
Pasado el tiempo de aquel dulce encuentro, pensé que
sería bueno hacer un doctorado; especialmente cuando supe que un amigo de la
universidad se había ido a España a estudiar el suyo. “Si ese pendejo puede,
¿por qué yo no?”, pensé. Y la verdad es que el tipo no era ningún tonto, pero a
veces usamos la palabra “pendejo” para tratar de subestimar a otro que ha
logrado algo o tiene aquello de lo que uno carece.
No cabe duda, hay palabras se instalan en alma, mente y
corazón para resonar eternamente. Pueden ser palabras que animen o destruyan.
Muchas veces, el efecto depende de quién lo dice, en qué momento lo dice y
también, de lo que las palabras signifiquen para cada uno.
¿Algunas palabras pueden ser “señales” que dirigen la
vida? Pienso que sí, porque para mí la palabra “doctor” fue fundamental.
Tiempo después de todas estas reflexiones, en un taller
de coaching, se reactivó este pendiente inconsciente que tenía de hacer un
doctorado en España e hice todos los trámites para obtener la aprobación de
iniciar mi tesis doctoral en aquel país.
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plástico, audiovisual, electrónico, fotográfico u otro similar.
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autor: 03-2020-021711485000-01
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También he creado el grupo “Sembradores y constructores del Puente” en Facebook, para que puedas comentar tus impresiones de los diferentes episodios de mi Anecdotario que iré publicando.
La idea es que al comentar con otros, se genere una riqueza de puntos de vista que puedan darte luz acerca de tus propias experiencias de vida.
Te invito a participar, aquí el enlace:
Sembradores y Constructores del Puente
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